Hasta este domingo, se exhiben en el municipio de Santander filmes con mensaje ecológico.
Fuente tomada de: EL TIEMPO Casa Editorial
Es la quinta vez que Barichara es el escenario para conversar de medio ambiente y conservación. Sesenta producciones forman parte de la nueva edición del Festival de Cine Verde (Festiver) en este municipio santandereano, declarado Monumento Nacional y Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad.
“Sentimos que el cine es una herramienta universal, que tiene un lenguaje para todo el mundo, todos se convierten en multiplicadores de esa información. Y es que a uno, cuando el mensaje de una película le llega, se le puede olvide qué dijeron o qué hicieron, pero nunca lo que sintió. Esa es la magia”, comenta la actriz Nórida Rodríguez, productora ejecutiva del certamen, que se lleva a cabo hasta el domingo 20 de septiembre (consulte aquí la programación e invitados).
Además de las proyecciones –que son de entrada libre en distintos lugares públicos de Barichara-, por primera vez el festival entregará un premio de posproducción. Se trata de 45.000 dólares para la finalización de una película.
En este apartado, hay tres producciones en competencia: Caballero de acero, Jorge Armando Roldán y Luis Carlos Londoño (Colombia); El abuelo, de Guillermo Saavedra y Mirlanda Torres Zapata (Colombia y Perú), y Raídos, de Alexis Trigo y Diego Hernán Marcone (Argentina).
“Estamos convencidos de que el cine es una herramienta potente para ayudar a cambiar conciencias y paradigmas, como ese de que uno puede explotar sin medida los recursos finitos”, agrega Rodríguez, que trabaja en el festival con su hija y con su esposo, el también actor Toto Vega, quien es el director general.
Con los años, el certamen ha ido trascendiendo las fronteras del cine y en esta versión también se dictarán talleres de nutrición holística y conversatorios sobre conservación de los recursos, y se realizará el mercado verde, donde se pueden consumir productos alimenticios sin conservantes y elementos hechos a partir de reciclaje.
Sin embargo, Festiver no ha encontrado un patrocinador que permita su sostenibilidad. Irónicamente, está amenazado como muchos de los lugares, recursos y especies que intenta proteger.
“Estamos muy comprometidos, pero también muy agotados. Ojalá después de esta quinta versión podamos encontrar el respaldo que nos permita seguir”, puntualiza Nórida.
Fuente tomada de: EL TIEMPO Casa Editorial